La mejor característica o primordial objetivo del carbono es proporcionar rigidez al conjunto de elemento que se lamina con ella (la tabla en este caso).
Los esfuerzos de flexión que se dan en la tabla se producen en la dirección longitudinal de la tabla (de proa a popa), produciéndose compresiones en una de las caras de la tabla y tracciones en la cara opuesta. En ocasiones se comprime la cubierta y se tracciona la carena, pero en otras ocurre al revés.
Para contrarrestar esos esfuerzos de flexión se usan los tejidos saturados con resina.
Lo más eficiente es el tejido unidireccional (UD), en el que todos los filamentos están dispuestos longitudinalmente, en el mismo sentido que los esfuerzos de flexión. Un tejido UD de 100g/m2 tiene 100g/m2 trabajando a tracción/compresión.
Los otros dos tipos de tejido son menos eficientes.
El tejido normal o tejido 0º/90º tiene la mitad de sus fibras orientadas a lo largo del eje longitudinal de la tabla. Un tejido normal de 100g/m2 tiene 50g/m2 trabajando a tracción/compresión. El resto de fibras no trabaja o no ayuda a la rigidez del conjunto de la tabla.
El tejido biaxial o tejido 45º/-45º no tiene ninguna fibra orientada a lo largo del eje longitudinal de la tabla. Todas sus fibras están orientadas de forma oblicua, trabajando todas ellas al 50% de su capacidad (aprox). Un tejido biaxial de 100g/m2 tiene 100g/m2 trabajando (a media capacidad) a tracción/compresión.