Las mangas.
El primer día se hicieron dos que marcaron un poco lo que iba a ser la regata, una lucha por la cabeza entre Miguel, Fernando, Bruno, Pablo y alguna incursión de Pedro Soares.
La primera la gana Fernando, seguido de Pablo y en la segunda Pablo gana entrando Miguel segundo. Parecía que por fin, Miguel, iba a tener rivales en su casa.
El segundo día echan a la flota al agua -incomprensiblemente- pronto ya que había buena predicción a partir de las 17 h. El viento viene de mar, normalmente no es así, lo que hace -junto con la corriente de la bocana del puerto (es la salida de un rio)- cueste mucho salir, ya se que no es significativo, pero cuento "mi experiencia", 1.20 minutos para salir a mar abierto, me eché al agua el primero y no llegué a tiempo a la salida. Muchos regatitas también llegaron tarde a la salida, para cabreo colectivo, si bien poco después se les pasó al ver como discurría la manga. En la salida se van por delante los 4 "de siempre", algunos les siguen a distancia, pero apenas ciñen, el resto nos quedamos en el barco observando la manga, que gana Miguel por delante de Fernando (único con 12 metros), Bruno y a cierta distancia Pablo.
Aparte de estos, los que consiguieron tomar dos veces la boya de ceñida, se quedaron flotando en la última popa, una lástima porque Oscar Ania (juvenil) que en esa manga llevaba una 9.8 no pudo acabar en la magnifica 6ª plaza en que venia. No parece lógico hacer mangas con tan poco viento, en un lugar donde siempre sopla, en fin, solo acabaron cuatro.
Tras un rato de descanso, algunos doloridos en los antebrazos no volvimos al agua, se lanzaron dos mangas mas, las dos para Miguel, alternándose Fernando y Pablo en la segunda posición. Para entonces soplaban unos 15-18 nudos, ideal para seguir regateando, así lo entendió la flota que se quedó en espera de otra manga, aunque Fernando debía tener información "privilegiada" ya que fue el único que regresó a tierra, acertada decisión porque ese día ya no hubo más pruebas.
Tercer día de regata, cuatro mangas las dos primeras para Miguel, las dos últimas para Pablo.
En la primera Fernando con rumbos "imposibles", al menos contrarios a la mayoría, remontó de una mala salida llegando tercero tras Bruno, éste con material antiguo pero siempre "al acecho". Al acabar el día está Miguel primero con tres puntos de ventaja sobre Pablo y éste cuatro sobre Fernando, situación calcada a la del último Cto de España en Santa Pola, así que tocaba "hacer números".
El cuarto, y último, día de regata se presenta soleado con un viento de tierra que todos esperan caiga para dejar paso al típico de la zona, pero éste no suele dejarse ver antes de las 15/16 horas y la hora límite para lanzar las mangas son las 15. Todo el mundo da por perdido el día, cuando de repente levantan aplazamiento y empiezan los nervios. Fuera se ve viento, de tierra, que parece fuerte, desconozco las mediciones, pero alguien comentó que por encima de 20 nudos, finalmente todos se hacen al agua portando 10.7/11 m.
Ambas mangas son ganadas por Pablo a base de buena velocidad, pero sobre todo por "clavar" todos los rumbos, manteniendo la cabeza fría cuando veía como sus seguidores viraban o trasluchaban . Miguel, cosa extraña en él, cayó en la primera popa (1ª manga), entrando tercero en esa y cuarto en la siguiente. Fernando pese a quedarse corto en algunos bordos, "repicada" obligatoria, entró segundo en ambas.
La combinación de estos resultados hizo que Pablo se alzara con el primer puesto, adelantando a Miguel en la general y quedando Fernando tercero (segundo para la Copa de España) a la espera de la segunda prueba que probablemente se celebre en Valencia.
En resumen, 11 mangas, 10 de ellas con buen viento, condiciones de mar estupendas para la Formula, en las que se observó como los 3 primeros están mucho más entrenados que el resto, (el caso de Bruno es un "aparte", el tipo anda mucho pese a navegar poco). Detrás de ellos, no mucho más atrás hay un grupo que se "rapasa" y cambia el orden en cada manga. Y algo más atrás otro animado grupo que se divierte sin más que el simple hecho de regatear.