Hoy me ha salido todo bien y ya que poco antes de Navidad escribí acerca de las desdichas que me sucedieron un aciago día de diciembre, justo es que escriba ahora sobre todas mis venturas. Desde el jueves hasta esta mañana he estado mirando windguru y windiberia a ver si este fin de semana podía ser. Hasta ayer nada y esta mañana idem de lo mismo. Me levanté tarde, desayuné y fui a ver a mis viejos. Ellos viven en la otra punta del pueblo, así que conducí durante unos diez minutos. En el trayecto fui observando, (creo que como todos nosotros) los árboles, los toldos... y he aquí que estaba soplando un levante bastante interesante. Lo pude confirmar cuando llegué a la palmera del Centro Cívico. Esta palmera es emblemática aquí en el pueblo ya que los kites y yo - kites hay un buen grupo, pero windsurfista sólo yo-, (si me permitís que me llame a mí mismo de ese modo). Y es emblemática porque es un indicador perfecto en lo que concierne a la dirección y la intensidad del viento. Total que después de echar un rato con mis padres, me dirigí nuevamente a casa y mientrás conducía, no sé en que momento pasó, pero me saltó un resorte en el coco. Estaba soplando levante y si bien a las playas de Huelva apenas si llega, existe un embalse a unos 14 kms. de casa que cuando está fuerte en el estrecho, entra de lujo. Metí el coche en la cochera y, como un autómata, le puse la vaca, eche la tabla y todo el material. Mi mujer había salido. Eran las 13,30 aproximadamente. Le dije a mis hijos que le dijeran que no almorzaba, que me iba a navegar. (El levante estos días esta soplando hasta las cuatro de la tarde más o menos, después empieza a bajar).
Me fui al embalse. Cuando llegué al lugar en el que suelo ponerme, observé como a unos 50 metros, en una especie de merendero había cantidad de gente de picnic, asando carne y todo eso. Esto a mí no me mola, no me gustan los espectadores. Pero bueno, monté el material y lo eché al agua. Me sentía como en un escaparate. Me dije que tenía que hacer un buen papel, por mí y por el wind, ya que yo era su único representante. Me separé un poco de la orilla y drizé, (lo siento, todavía no había sacado el beach start) y fui navegando lentamente los primeros metros hasta que llegué un poco más adelante que es donde se encañona el viento, donde está la emoción. Cogí velocidad. La vela me tiraba cantidad hasta que me posicioné bien en la tabla. Fui atrasando mi cuerpo. Tocaba los straps. Una voz me dijo: "No sueñes, Pedro, no sueñes". Bueno, me quedé como estaba. Creo que durante unos mágicos segundos planeé o tal vez fuera una ilusión. De cualquier manera estaba disfrutando cantidad. La distancia que hay entre orillas es aproximadamente 400 metros. Cerca de la orilla contraria, (a la que ahora me dirigía) había un enorme bando de gaviotas posadas en el agua. (Desde hace varios años se ha asentado este bando en el embalse). Me dije que le ofrecería un buen espectáculo a los domingueros. Así fue: me dirigía al bando y faltando unos diez metros empezaron a despegar las gaviotas. Conforme iba introduciéndome en él, iban despegando, hasta que no quedó ni un solo ave en el agua. En ese momento viré y lo hice rápidamente. Una virada perfecta y me dirigí nuevamente a la orilla de salida. En un momento llegué. Como digo el viento estaba subidito, si bien había momentos de calma y rachas. Esto será así en todos los embalses pequeños. En los momentos tranquilos derivaba un poco porque la corriente estaba ya establecida, pero cuando venía la racha metía talones en el canto y la tabla reaccionaba inmediatamente. Palo un poco hacia adelante para no aproarme.
Cuando llegué a la orilla ya había cogido suficiente confianza. Estaba dominando bien la situación. "Hoy no me voy para casa sin hacer el beach". Y, en efecto, como ya había demostrado que sabía navegar, (espero que no hubiese entre la gente ningún entendido que le dijera al de al lado: ese no tiene ni idea), me permití intentarlo. Me concentré, abrí el archivo de beach star y empezaron a surgir todos los consejos del foro, el video didattico... Expuse la vela al viento, puse pie trasero entre los straps traseros y delanteros y movía la vela hasta situar la tabla adecuadamente, me aproximé a ella, el viento me aguantaba bien y... pressione verticale. Señores: lo conseguí, coño, lo conseguí. Tras avanzar ocho o diez metros viré y me dirigí nuevamente a la orilla. Nuevo beach y nueva diana. Así dos veces más hasta que salí nuevamente en busca de la orilla contraria. Asi estuve navegando sobre una hora y media.
Pero el último gesto de calidad windsurfista lo tuve cuando me dije: este es el último bordo porque ya estaba notando en la superficie del agua que el viento estaba disminuyendo. Lo dejé oportunamente.
Cuando estaba desmontando ya el viento había aflojado. Estaba pletórico. Absolutamente satisfecho.
A las cinco de la tarde llegué a casa, me duché y almorcé, mientrás mi mujer se tomaba el café. Le estuve contando, pero claro, ella no me entiende. La verdad es que le pone voluntad y aguanta el rollo que le echo, pero no, definitivamente no me entiende, (en lo que respecta al wind, claro)
Total que he recurrido una vez más al foro en la seguridad de que aquí sí se entienden estas sensaciones.
Un saludo, colegas. ¡Que contento toyyyyyyyyyyyyy!
Me fui al embalse. Cuando llegué al lugar en el que suelo ponerme, observé como a unos 50 metros, en una especie de merendero había cantidad de gente de picnic, asando carne y todo eso. Esto a mí no me mola, no me gustan los espectadores. Pero bueno, monté el material y lo eché al agua. Me sentía como en un escaparate. Me dije que tenía que hacer un buen papel, por mí y por el wind, ya que yo era su único representante. Me separé un poco de la orilla y drizé, (lo siento, todavía no había sacado el beach start) y fui navegando lentamente los primeros metros hasta que llegué un poco más adelante que es donde se encañona el viento, donde está la emoción. Cogí velocidad. La vela me tiraba cantidad hasta que me posicioné bien en la tabla. Fui atrasando mi cuerpo. Tocaba los straps. Una voz me dijo: "No sueñes, Pedro, no sueñes". Bueno, me quedé como estaba. Creo que durante unos mágicos segundos planeé o tal vez fuera una ilusión. De cualquier manera estaba disfrutando cantidad. La distancia que hay entre orillas es aproximadamente 400 metros. Cerca de la orilla contraria, (a la que ahora me dirigía) había un enorme bando de gaviotas posadas en el agua. (Desde hace varios años se ha asentado este bando en el embalse). Me dije que le ofrecería un buen espectáculo a los domingueros. Así fue: me dirigía al bando y faltando unos diez metros empezaron a despegar las gaviotas. Conforme iba introduciéndome en él, iban despegando, hasta que no quedó ni un solo ave en el agua. En ese momento viré y lo hice rápidamente. Una virada perfecta y me dirigí nuevamente a la orilla de salida. En un momento llegué. Como digo el viento estaba subidito, si bien había momentos de calma y rachas. Esto será así en todos los embalses pequeños. En los momentos tranquilos derivaba un poco porque la corriente estaba ya establecida, pero cuando venía la racha metía talones en el canto y la tabla reaccionaba inmediatamente. Palo un poco hacia adelante para no aproarme.
Cuando llegué a la orilla ya había cogido suficiente confianza. Estaba dominando bien la situación. "Hoy no me voy para casa sin hacer el beach". Y, en efecto, como ya había demostrado que sabía navegar, (espero que no hubiese entre la gente ningún entendido que le dijera al de al lado: ese no tiene ni idea), me permití intentarlo. Me concentré, abrí el archivo de beach star y empezaron a surgir todos los consejos del foro, el video didattico... Expuse la vela al viento, puse pie trasero entre los straps traseros y delanteros y movía la vela hasta situar la tabla adecuadamente, me aproximé a ella, el viento me aguantaba bien y... pressione verticale. Señores: lo conseguí, coño, lo conseguí. Tras avanzar ocho o diez metros viré y me dirigí nuevamente a la orilla. Nuevo beach y nueva diana. Así dos veces más hasta que salí nuevamente en busca de la orilla contraria. Asi estuve navegando sobre una hora y media.
Pero el último gesto de calidad windsurfista lo tuve cuando me dije: este es el último bordo porque ya estaba notando en la superficie del agua que el viento estaba disminuyendo. Lo dejé oportunamente.
Cuando estaba desmontando ya el viento había aflojado. Estaba pletórico. Absolutamente satisfecho.
A las cinco de la tarde llegué a casa, me duché y almorcé, mientrás mi mujer se tomaba el café. Le estuve contando, pero claro, ella no me entiende. La verdad es que le pone voluntad y aguanta el rollo que le echo, pero no, definitivamente no me entiende, (en lo que respecta al wind, claro)
Total que he recurrido una vez más al foro en la seguridad de que aquí sí se entienden estas sensaciones.
Un saludo, colegas. ¡Que contento toyyyyyyyyyyyyy!