La primera toma de contacto fue con la tabla que le regalaron a la madre de un amigo por ingresar 100 mil pelas en el banco allá por el verano del 84-85: una Ten Cate. Los colegas se tiraban la mañana drizando y pegandose ostias. Yo los miraba desde la playa con lástima. Cuando la probé no hubo quien me parara. En el 86 me compraron la primera tabla: TIGA FUN CUP con vela NP 5,5. Me saqué el título de monitor, competí a nivel regional y alguna regatilla nacional...He enseñado windsurf durante 8 ó 9 años al menos a 200 personas de todas las edades.
Ahora, con 35 años es cuando más caña me intento dar. Soy el único que queda de mi grupo, navegando y moviéndo su vida para poder compatibilizarla con el windsurf. Miro para atrás y pienso que con las condiciones físicas que se tienen con 20 años, cómo no aproveché para machacar!!. Pero entonces se piensa mucho en la fiesta, no hay pelas, estás atado a los estudios, la familia, no hay güevos para largarse a buscarse la vida a un sitio donde navegar casi todos los días, etc.
Mi máxima ilusión es llegar a navegar un día con mi hijo (10 meses), como lo hizo el padre de Boro y de muchos otros. Por ahora sé que le encanta el agua.
MY BODY IS HERE, BUT MY SPIRIT IS AMONG DE WAVES o qué cojones:
"Estoy aquí, pero mi espíritu está entre las olas..."